
Norbert Wiener (1948) es considerado el padre de la cibernética, al acuñar el término en su obra "Cibernética o el control y comunicación en animales y máquinas", aunque la palabra cibernética ya fue utilizada por los griegos para referirse al arte de guiar o dirigir ciertos fenómenos.
La cibernética se encarga del control sobre el funcionamiento de los sistemas complejos, ya sean seres vivos, sociedades o máquinas, que les permite hacer frente a las variaciones del ambiente y presentar una respuesta adaptativa y mantener un equilibrio dinámico.
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Cibernética: Del griego Κυβερνήτης (kybernetes). Significa "arte de pilotar un navío". |
El movimiento cibernético tuvo su época dorada en los años 50, cuando se hablaba de que las máquinas algún día dominarían al hombre, se especulaba sobre los robots y se soñaba con construir un modelo del cerebro humano.
Quizás una de sus mayores aportaciones, seguramente involuntaria, fue demostrar que las barreras que existían entre las matemáticas, la biología y la electrónica, por solo citar tres de las más beneficiadas, eran superables, encontrando sorprendentes analogías entre ellas.
En cuanto a las ciencias sociales, se encargaría de introducir el concepto el propio Bateson (al que ya conociste en el apartado de Teoría de la comunicación humana). Ya que intentó convencer al propio Wiener para que introdujera su pensamiento en el campo de la sociología, pero éste lo rechazó al considerar que era un ámbito demasiado pobre para una teoría tan potente.
Uno de los conceptos heredados de la cibernética es el de retroalimentación. Cuando hablábamos de Teoría de Sistemas te prometimos que volveríamos sobre él. Presta atención porque es uno de los conceptos clave en Psicología Sistémica:
Retroalimentación - Feedback

La retroalimentación es el proceso mediante el cual un sistema recoge información sobre los efectos de sus acciones en un determinado contexto.
| Re(tro)alimentación:
Lo podemos encontrar como:
Todas estas palabras significan lo mismo. |
La palabra feedback se podría traducir del inglés como la información que viene de vuelta. Su objetivo es modular las acciones posteriores a seguir por el sistema. Dicho de otro modo, es la información que obtenemos de los demás sobre nuestras actuaciones.
Un ejemplo:
Si estuviéramos impartiendo una clase y observáramos que nuestra audiencia bosteza y se distrae con facilidad, el feedback que estaríamos recibiendo sería que nuestro discurso aburre, trataríamos entonces de proponer alguna actividad o cambiar el ritmo para conseguir activarlos.

Partimos de la siguiente base: los elementos de un sistema deben comunicarse entre sí para poder desarrollar interrelaciones coherentes.
Sin comunicación no hay orden y sin orden no hay totalidad. Esto se aplica a todos los sistemas: físicos, biológicos y sociológicos.
Es lógico pensar la relevancia que este concepto ha adquirido en psicología, ya que sirve para aumentar el valor de algunas reglas de actuación y disminuir el valor de otras. Es decir, influye en que dejemos de hacer y decir algunas cosas, mientras que favorece que hagamos y digamos otras. Por lo tanto ayuda a dirigir el comportamiento y está implícito en todo aprendizaje.
Una vez definido el concepto de retroalimentación, veamos los distintos tipos que hay:
Retroalimentación negativa:
Cuando su función consiste en contener o regular el cambio. Es decir, la instrucción es hacer lo contrario a lo que se ha hecho.
Un ejemplo clásico sería un sistema de calefacción. Si la temperatura baja por debajo de un valor prestablecido, el termostato activa el sistema para que genere calor. En el momento en que la temperatura alcanza el valor deseado, una nueva instrucción hace que el mecanismo se detenga.
En este sistema, el termostato realiza las funciones de comunicación con el exterior, desencadenando diferentes comportamientos en función de si temperatura externa coincide con la temperatura deseada.
Retroalimentación positiva:
Cuando su función es amplificar o multiplicar el cambio en una dirección determinada. Es decir, la instrucción es continuar haciendo más de lo mismo.
Un ejemplo, que desgraciadamente tenemos muy presente, tiene que ver con la economía en periodos de crisis. Una depresión económica hace caer el consumo y esto conlleva el cierre de empresas, por lo que la producción cae, contribuyendo al aumento de la depresión económica.

“Un feedback positivo descontrolado no puede conducir más que a la destrucción del sistema, bien por explosión, bien por cese de todas sus actividades. La exuberancia de los lazos positivos debe de ser controlada por los negativos para que un sistema se mantenga a lo largo del tiempo.” (Fuentes Biggi. 1983)
Esta sería una representación gráfica de ambos tipos de retroalimentación:
Retroalimentación compensada:
Cuando un regulador ejerce alternadamente retroalimentaciones positivas y negativas, según las necesidades del mantenimiento de la estabilidad del sistema regulado. En realidad esto sería lo más común.
¡Cuidado!
Es habitual confundir la retroalimentación positiva y negativa con el “refuerzo y castigo” del conductismo. Esto es un grave error. Feedback positivo es: “sigue haciendo más de esto” y feedback negativo es “para de hacer esto”, independientemente de si supone una experiencia deseable o indeseable.
Un ejemplo:
La jefa de Mario entra a su despacho y le dice que hoy ha trabajado muy duro y que puede irse antes a casa. Esto sería sin duda algo muy positivo, podría considerarse que es un refuerzo positivo al trabajo de Mario y sin embargo, si hablamos de retroalimentación el feedback que le envía su jefa a Mario es negativo. → Deja de trabajar y vete a casa.
