¿Para que nos sirve el encuadre terapéutico?
Todo lo que hacemos en la vida está sujeto a unas reglas, que ya sean implícitas o explicitas, nos regulan.
El proceso terapéutico no es algo ajeno a ello, por lo que las “normas”, “reglas”, “consentimiento informado”, “acuerdos” o como quiera que cada persona lo llame, es decir el encuadre terapéutico, va a determinar “las reglas del juego”.
Una vez incorporamos, normalizamos y somos consecuentes con nuestro encuadre (y él con nosotrxs), parece que se convierten en guías fijas y seguras para la terapia y para nuestro hacer. Pero, ¿qué pasa cuándo nos vemos con dificultades a la hora de establecer el encuadre, de comunicarlo, de ser consecuentes con él cuando no se cumple?…
El encuadre, puede ser en sí una herramienta de cambio (de compromiso, de comprobar cómo esta la relación y cómo es nuestra relación con los límites…) pero no sólo para la persona que acompañamos, si no también para nosotrxs mismxs.
Pongamos algunos ejemplos
- Pablo tenía cita a las 17h pero llega tarde a sesión (17:15h), la sesión se suponía que terminaba a las 18h pero finalmente acabamos a las 18:15h ya que en los últimos minutos de sesión ha roto a llorar. Para colmo el paciente de las 18h se muestra molesto ya que empezamos 15 minutos tarde.
- Juan me comenta a cinco minutos de terminar la sesión que no me puede pagar la misma ya que este mes va mal de “pasta” y que si me puede pagar la próxima las dos ya que cobra la nómina entre sesiones.
- Lucía últimamente viene a sesión con su bebé, las sesiones se alargan 20 minutos cada vez y es que muchas veces tienen que dar pecho o calmar a su bebé durante la sesión.
Con Pablo puedo entender que llegue tarde, aunque en parte me moleste ya que sin querer me he retrasado 15 minutos, no podía cerrar cuando estábamos hablando de algo con tanta emoción y tan importante para él.
Con Juan, por un lado se me despierta el miedo de si es una excusa, pero entiendo que ir a terapia es un esfuerzo y claro cobro un dinero que muchas personas no siempre se pueden permitir.
Con Lucía, entiendo lo desbordada que está al parecer no recibe mucha ayuda de su marido “ya le vale”, no he podido almorzar hoy ya que nos hemos alargado 20 minutos pero entiendo como se encuentra en su vida y creo que es lo que debía de hacer.
Esto sería lo que me genera a mi, pero…
- Pablo tiene una falta de compromiso con su vida, se ha sobrecargado de trabajo y responsabilidades al parecer llena todos sus huecos de “cosas” que evitan ocuparse de lo importante, la relación con su pareja a la que no se atreve a dejar. Parece que le cueste encontrar tiempo para él y centrarse. No acciona en su vida y se mantiene en la queja. La última sesión le confronté con ello. ¿Son esos 15 minutos una muestra de su enfado con la confrontación?, ¿es una representación de cómo esta su vida ahora mismo?…
- Juan efectivamente va mal de “pasta”, aunque al parecer se lo gasta en irse de fiesta, ha tenido modelos parentales más bien desorganizados y al parecer no hay conciencia de la gestión económica, no ha podido aprender porque no ha tenido el contexto para hacerlo. ¿Es consciente de ello? ¿Abordar esto en terapia le resultaría útil?
- Lucía esta desbordada y al parecer es un problema que afecta a la pareja, ella no es capaz de trasladar a su pareja cuan desbordada esta, ni a marcar los límites en la relación y en los cuidados. ¿Si marcase los límites temporales y de la terapia, sería una forma de que pudiese integrar esto en su vida?
¿A quién le corresponde?
¿Deberíamos asumir nosotrxs lo que ellxs no asumen? ¿En qué parte el proceso está siendo terapéutico y en qué parte está favoreciendo que todo siga igual (la famosa homeostasis)?, ¿Y si os dijese que el encuadre lo ponemos para que no se cumpla y ver cómo nos manejos en eso?, ahí entraríamos en el ámbito de la transferencia y la contra transferencia, pero ya sabéis que a las sistémicos nos va lo complejo.
Tengamos en cuenta que el encuadre por un lado pueden marcar las bases sanas de una relación (de mí conmigo y también con la persona que acompañamos), por otro lado define “qué esta permitido y qué no” (nos cuida y les cuida), pero también puede ayudar a dirigirnos hacia lo terapéutico para que la persona consiga aquello que quiere alcanzar al venir a terapia.
Queremos reunirnos para compartir para qué es importante el encuadre terapéutico independientemente del contexto o ámbito en el que trabajemos, con qué dificultades nos hemos encontrado y cómo hemos ido construyendo el nuestro.
¡Ánimate!, trae tu encuadre o consentimiento informado impreso y piensa:
¿En qué me he basado para establecer mi encuadre?
¿Cómo explico a la persona que viene el encuadre?
¿Cuánto tiempo duran la sesiones? ¿qué ocurre cuando nos pasamos de tiempo?
¿Cada cuánto tiempo cito a la persona? ¿Qué tengo en cuenta para mantener esa frecuencia?
¿Qué conductas no están permitidas en sesión? ¿Cuáles son los limites de la terapia?
¿Tenemos políticas de cancelación y cambio? ¿Somos consecuentes con ello? 😛
¿Qué consecuencias tiene el incumplimiento del encuadre?
¿El encuadre nos cuida o nos descuida?
* Etc
Estás y más cuestiones son las que nos gustaría abordar en “familia macroscópica”, ¿Te animas?. Si el tema te interesa, te esperamos el miércoles 29 de Marzo a las 20 horas (ver equivalencia horaria), lo dinamizará Alejandro Ferrer.